Recientemente el vocablo Anunnakis ha circulado a través de las redes, y aunque existen varias teorías acerca del significado de este, la definición más aceptada entre los investigadores es que Anunnakis significa ‘los de la sangre real’.
La historia Sumeria plantea que existe un planeta más en nuestro sistema solar, llamado Nibiru, que tiene una órbita elíptica y que tarda aproximadamente 3,600 años en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Algunos estudiosos sustentan la hipótesis de que los sumerios, la civilización primogénita de la humanidad y quienes fueron los primeros en proponer el movimiento de los planetas, la presencia de otras galaxias y exponer su específica comprensión de la astrología sabían de la existencia de otro planeta, del cual provenían los Anunnakis, quienes fueron el origen de la vida en la Tierra y la fuente de la vertiginosa transformación del hombre en nuestro planeta a través de la manipulación genética. Estas entidades, superiores en todos los sentidos, serían las ejecutoras del establecimiento de la humanidad y la edificación de construcciones sorprendentes como las pirámides egipcias.
Los antiguos Sumerios no poseían dispositivos para avistar lo que expusieron en sus estudios astronómicos. Hasta este momento nadie ha podido explicar cómo simbolizaron en imágenes los planetas Urano, Plutón y Neptuno que no son posibles verlos sin un telescopio. En tablillas rotularon la historia de su civilización. Fue el filólogo, escritor y pseudocientífico Zecharia Sitchin quien estudió los textos en estas tablillas cuneiformes, y al traducirlas aseguró que la población Sumeria descendía de una civilización extra planetaria llamada Annunakis, y que debían su origen a la ciencia genética. Según Sitchin, los Anunnakis crearon una raza híbrida entre ellos y la especie humana de aquel tiempo surgiendo como consecuencia el homo sapiens, que de momento no tiene eslabón con la cadena homínida y actualmente continuamos buscando el reclamado ‘eslabón perdido’.
Hace años que los astrónomos se conjeturan la presencia de un planeta más allá de Plutón, el supuesto ‘Planeta X’, cuya elipse alrededor del Sol sería de 3,600 años, y en su viaje estelar pasaría junto a nuestro planeta. Los científicos tienen pruebas matemáticas de su existencia, su órbita es excéntrica y extremadamente elíptica. Por ahora este planeta no puede verse y estudiarse con ninguno de los instrumentos de exploración espacial que contamos por encontrarse localizado en el Cinturón de Kuiper, un disco sideral de cuerpos helados que circunda nuestro sistema solar, con un super difícil acceso por vehículos no tripulados, o telescopios.
Según las transcripciones de las tablillas Sumerias hechas por Sitchin, los nativos de Nibiru, es decir los Annunakis, hace unos 450,000 años visitaron la Tierra en uno de esos acercamientos, y no solo obstruyeron nuestra evolución natural creando a los Sumerios manipulando su ADN, sino que los convirtieron en esclavos ya que ellos necesitaban oro para reconstruir su planeta y los crearon con este objetivo, aunque también trajeron tecnología avanzada a la civilización Sumeria. En la tablillas se describe a Nibiru como un planeta rojizo, tan grande que se puede comparar a Júpiter.
Los arqueólogos y científicos rechazan las traducciones de Sitchin, las califican de teóricas y noveleras, por estas razones rechazaron su trabajo. Existen muchas hipótesis acerca de los Anunnakis y Nibiru, pero ninguna concreta nada realmente. Evidentemente muchos se preguntarán si quizás la ciencia ignore o sabotee a varios científicos y arqueólogos, porque aceptar otra teoría del origen humano seria anular la teoría de la evolución de Darwin, cuyas bases aunque incomprensibles, son fanáticamente reconocidas por la ciencia.
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