La esclavitud no ha terminado, sino que ha evolucionado, en nuestro siglo se conoce como esclavitud moderna, y sigue siendo una violación de los derechos humanos. Cuando una persona es forzada, o por necesidad, trabaja en condiciones míseras, bajo amenazas o coerción sin poder negarse o huir, estamos hablando de esclavitud.
La pobreza, especialmente la de los niños, es una de las causas fundamentales de la esclavitud en nuestra época. De cada cuatro víctimas de la esclavitud moderna una es un niño. Casi todas las personas víctimas de esclavitud trabajan en áreas relacionadas a la agronomía, industria pesquera, construcción, factorías, excavación minera, y trabajos domésticos, y para colmo una de cada cinco es víctima de explotación sexual. En este momento que tú estás leyendo este artículo, en el mundo existen 198 millones de niños trabajando, en vez de estar en la escuela, las condiciones paupérrimas en que conviven los obligan a trabajar bajo explotación para poder sobrevivir.
Las personas que se benefician, porque tienen autoridad, y explotan a otras esclavizándolas no les interesa las condiciones laborales solo su negocio, el cual genera ganancias anuales por encima de los 190,000 millones de dólares, el equivalente a la suma de los ingresos de las cuatro compañías más lucrativas del mundo. Esa es la razón por la que luchan por mantener oculto que existe la esclavitud. Actualmente los trabajos forzosos, en servidumbre, la explotación sexual, trata de personas, y el matrimonio infantil impuesto son las variantes más comunes y lucrativas de esclavitud.
Muchos evaden llamarla esclavitud porque en ocasiones las personas o niños eligen esos empleos, como es el caso de las fábricas de ropa en China, la India, México y Brasil, pero al tener condiciones infrahumanas, es decir más de 10 horas de trabajo consecutivas, sin oportunidad para alimentarse o tomar agua, y en lugares desfavorables se califica como explotación y esclavitud.
Es complejo tener una medida matemática exacta de la esclavitud moderna ya que no existe una fuente única que facilite detalles correctos y honestos sobre todas sus formas de presencia. Hoy por hoy, seres humanos son adquiridos y comerciados como si fueran mercancías en lugares públicos, forzados a contraer matrimonio y prestar mano de obra gratuitamente bajo la careta de un casamiento. A otros les exigen trabajar en factorías clandestinas con la oferta de un sueldo que frecuentemente se embarga, o en buques pesqueros donde hombres y niños trabajan coaccionados por el terror. En otros casos, trabajan en almacenes, cultivos, o en residencias como criados y esa mano de obra que consiguen estos piratas a través de la amenaza, el ultraje, o la tortura se sirve en nuestras cocinas en forma de alimentos, en la ropa que utilizamos o en los muñecos con que inocentemente juguetean nuestros niños.
Este es un fenómeno real, lo tenemos más cerca de lo que pensamos, hay que asumirlo para poder hacer cambios, es responsabilidad de todos combatir la esclavitud moderna. Es importante saber cuáles compañías o marcas son responsables o participan en este horror social para dejar de comprarles sus productos o servicios. Además de que es fundamental la colaboración mundial, si cada persona empieza por transformar sus costumbres y acusar lo que reconoce que estimula la esclavitud moderna, se lograrán cambios reales y ayudará a las millones de personas que aún son esclavizadas y ansían una vida decente y en libertad.
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